Libertad moral.
En filosofía, se define la libertad moral como la extensión de la obligación. El hombre tiene libertad moral sólo respecto de aquellas cosas que no está obligado por la moral a hacer o a dejar de hacer. Se dice que una persona fortalece su libertad de querer cuando su libertad moral disminuye, ya que las obligaciones y compromisos que tiene es por que él quiso aceptarlas. Por tanto la libertad de querer y la libertad moral dependen del hombre.
Por ejemplo, el profesor no puede dejar de dar clases a sus alumnos (aunque él quisiera) porque de una u otra forma está obligado a hacerlo y por lo tanto si él decidió ser maestro tiene que aceptar las normas y sus obligaciones.
Por ejemplo, una persona es libre de contraer matrimonio o de no hacerlo, pero no es libre de dar muerte a su padre, de robar o de abandonar a su familia. Una persona puede tener libertad de coacción para matar a su padre, porque nadie se lo impide; puede tener libre albedrío, de modo que su voluntad se autodetermine a hacerlo; pero no es, moralmente, libre, pues está obligado por la ley moral a no hacerlo. En cambio, una persona es libre de estudiar una determinada profesión, porque la ley moral no le manda ni le prohíbe hacerlo.